Este estudio evaluó distintos tipos de fuentes de proteína para alimentar a perros con fístula de Eck. Se utilizaron dietas isocalóricas con cantidades equivalentes de nitrógeno derivado de carne de caballo, filetes de pescado o leche descremada. Todos los animales sufrieron las mismas elevaciones transitorias o crónicas de los marcadores de daño hepático y disminuciones de urea en sangre y albúmina en suero, sin diferencias en las pruebas de funcionalidad hepática. Los periodos de supervivencia fueron de 26 días para la carne de caballo, 54 días para los filetes de pescado, y 68 días para la leche. Los dos primeros grupos mostraron síntomas de encefalopatía, mientras que los del grupo leche no tuvieron síntomas o fueron más leves. Hubo diferencias en los residuos de aminoácidos, con más del doble de residuos de glicina, arginina, fenilalanina y triptófano en el grupo carne de caballo que en el grupo leche, sugiriendo que determinados aminoácidos pueden tener papeles específicos en la aparición de los síntomas.