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Mitos sobre ingredientes que han alterado el curso de los alimentos para mascotas: Subproductos, conservantes sintéticos y cereales

El número de mitos acerca de los ingredientes utilizados en alimentos para mascotas es casi ilimitado. Para aquellos formados en la nutrición o la medicina, a menudo parecen ser el resultado de una literatura barata. A pesar de esto, hay algunos malentendidos profundamente arraigados y casi “leyendas urbanas” que parecen tener un impacto más emocional que otros. Desde la perspectiva del autor en la formulación y el desarrollo de de alimentos para mascotas desde hace casi 20 años, estos mitos han sido tan generalizados que han alterado la dirección del desarrollo de productos de los alimentos para mascotas, no siempre en beneficio de la mascota o del propietario. A menudo, estas categorías mal entendidas de ingredientes suelen destacar en los elementos que aparecen en el envase pero "no están en la lista". A menudo se les ha vilipendiado como baratos, nocivos o incluso tóxicos e incluyen los “subproductos”, “conservantes artificiales” y “cereales”, tales como el maíz y el trigo. Por supuesto, hay otros mitos destacados sobre los ingredientes. Éstos son: El ácido cítrico provoca dilataciones; la sal se utiliza como saborizante; los animales domésticos sacrificados terminan siendo la carne y los huesos de los alimentos; la carragenina y el selenito de sodio son carcinógenos; la vitamina K3 / menadiona causa enfermedad renal; la pulpa de remolacha causa “enrojecimiento del pelo”; los ingredientes recolectados en la naturaleza, en libertad y los orgánicos son más nutritivos que las carnes de las granjas; y la lista sigue y sigue. Subproductos, conservantes y cereales parecen haber sido calumniados más de lo que se merecen. ¿Qué sabemos acerca de estos ingredientes?, ¿Qué base real subyace en el mito?, y ¿Hay algo que podamos hacer para remediar la situación?