La inmunología nutricional es el estudio de la relación entre la alimentación y el sistema inmunológico. Se desarrolló con el estudio de las inmunodeficiencias causadas por la malnutrición. Sin embargo, debido a los avances tecnológicos de las últimas décadas, la desnutrición ya no es la causa principal de un estado inmunológico debilitado en las personas / animales saludables. Por el contrario, la etapa de vida (neonato o vejez) y los factores naturales de estrés han adquirido el papel de actores principales de los déficits inmunitarios. A diferencia de la malnutrición, el déficit inmunitario debido a la etapa de la vida o al estrés natural no puede abordarse mediante la corrección de problemas nutricionales subyacentes. La disminución de estado inmunitario como consecuencia de la etapa de la vida o del estrés natural se caracteriza por una capacidad reducida para procesar y presentar antígenos extraños a las células inmunitarias, dando como resultado una respuesta inmunitaria menos eficaz o alterada que causa una mayor susceptibilidad a las infecciones y un aumento de la autoinmunidad y cánceres. Más allá de proporcionar nutrientes esenciales, la dieta puede influir activamente en el sistema inmunológico. Más del 65% de las células inmunitarias del cuerpo se encuentran en el intestino, por lo que el intestino es el “órgano inmunológico más grande.” Los receptores presentes en las células inmunitarias del intestino son los objetivos principales de la inmunomodulación a través de la dieta. La dieta interactúa con el sistema inmunitario a distintos niveles, comenzando con el aporte de nutrientes básicos, luego con la provisión de mayores niveles de nutrientes clave, tales como proteínas, vitaminas y minerales, para acabar causando una modulación más centrada del sistema inmunitario. Este artículo presenta un marco que esboza esta interacción junto con ejemplos relevantes.